- No hay nada previsto para mejorar la Carta que debe llegar a ser el preámbulo de la Constitución europea.
- La diferencia entre la agenda social adoptada por el Consejo europeo de Jefes de Estado y de gobierno y la de la Comisión europea hace presagiar que se producirán conflictos institucionales. La Comisión europea es la única que tiene el derecho de iniciativa. Nada nos garantiza que ella tomará una iniciativa para definir unas »garantías mínimas de recursos«; y si lo hiciera, podemos temernos que éstas sean la miseria garantizada. La referencia a la recomendación de 1992, nos recuerda que »1992« corresponde a un periodo de consulta de los pueblos sobre el Tratado de Maastricht. Desde que la Unión Económica y Monetaria ha echado a andar, esta recomendación se perdió en el olvido...para reaparecer en el 2000... en un momento en el que se trata de tranquilizar otra vez a la opinión pública. Además, una directiva de progreso social corre el riesgo de ser bloqueada por un veto, ya que la mayoría cualificada no ha sido adoptada para las cuestiones de protección social. Ha sido Suecia quien ha exigido mantener la posibilidad del veto sobre las cuestiones sociales para poder preservar el nivel de su sistema de pensiones. Esto es un ejemplo de hasta que punto los Estados miembros que defienden sus sistemas de protección social, tienen escasa confianza en la capacidad de la Comisión europea para avanzar objetivos de convergencia en el progreso.
- Se ha añadido un punto al artículo 137, titulado »modernización de los sistemas de protección social«. Si se refiere a las comunicaciones de la Comisión europea que llevan el mismo título hay que tener en cuenta que éstas tienen por objetivo entre otras los sistemas de pensiones, las prestaciones de desempleo y la renta mínima.
- El Consejo europeo de Niza ha adoptado las Líneas directrices para el empleo para el año 2001. Aquí no ha cambiado nada. Como cada año desde 1997, se trata de imponer que los Estados fuercen a los parados a trabajar por medio de controles y exclusiones de los sistemas de subsidio, sin embargo ni una palabra para incitar a los empleadores a que cumplan sus obligaciones y les paguen correctamente para luchar contra la precariedad en el empleo.
- Tras el mercadeo sobre el número de comisarios y la ponderación de votos, los jefes de Estado y de Gobierno no han podido ocultar lo que verdaderamente estaba en juego en el Tratado de Niza. Las crispaciones producidas eran la manifestación del reconocimiento de que en adelante ellos no tendrán las riendas de sus propios Estados. Han construido una Máquina Infernal que puede destruirlos. »Es una fuerza que va«, se nos ha dicho, hacia la integración europea. Pero, ¿ quien la dirige?. ¿Adónde va?. Hoy por hoy no tenemos una respuesta a estas cuestiones. Para ellos era necesario arrancar un acuerdo, por muy malo que éste fuera, para garantizar la ampliación sin necesidad de cambiar el rumbo y que éste sea cerrado antes del 2003. Pero ¿ por qué, cómo y para qué exactamente? Es urgente que, en tanto que ciudadanas y ciudadanos, nos planteemos estas cuestiones.
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NIZA 2000: movilizaciones...
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